Una Sociedad Rebelde
Son infinitos los eventos que se pueden dar en el entorno estudiantil. Los docentes consideran que por su experiencia conocen y tienen el dominio seguro sobre cada estudiante, pero la verdad es que los tiempos cambian, y no es para menos, ya que estamos en la era de una sociedad rebelde.
Esta época, en la que el libertinaje es confundido con libertad y la libertad de expresión con la libertad de agresión. Donde los estudiantes viven convencidos de que pueden tomar decisiones severas sobre sus vidas, una generación que comparte más fiestas y licor que filosofía y amistad… De hecho, una generación en donde no se tiene el conocimiento del verdadero significado de la amistad.
"una generación que comparte más
fiestas y licor que filosofía y amistad"
No es para menos, nos encontramos en un círculo vicioso progresivo. Aquel que inicia en un infante malcriado, la condescendencia con los deseos de un preadolescente que aún no conoce totalmente su cuerpo; luego un adolescente resentido y confundido, que distingue conceptos académicos, pero no su aplicabilidad en la vida, y luego, lastimosamente, un adulto que hace parte del porcentaje de la sociedad infantilizada, inútil, mediocre, facilista, que probablemente tendrá una descendencia con una situación peor. Aunque claro, no todos los adolescentes son de esta forma.
Sin embargo, también existen docentes infantilizados, que están en la etapa de ‘todo es mío’, me voy a quejar con…, y cuando un estudiante no hace lo que yo deseo le voy a decir a su acudiente así sepa que lo que digo no es verdad. Pero antes, vamos a diferenciar dos tipos de docentes: el anterior, al que se le tienen apodos y todo un salón le tiene resentimiento (menos el lame botas). Y está el docente al que si bien es cierto no todos lo quieren, pero lo consideran normal, el que logra que los estudiantes aprendan, el que sabe responder y comunicarse de forma asertiva, a veces lo odian, pero por exigente.
"Si juntamos a los adolescentes rebeldes
y los docentes infantilizados, ¿cuál es el
tipo de estudiante que se obtendrá?"
Ahora bien. Si juntamos a los adolescentes rebeldes y los docentes infantilizados, ¿cuál es el tipo de estudiante que se obtendrá? Seguramente, el estudiante mediocre que tiene discordias con ese/a ‘cucho’ y no lo querrá ni ver (seamos sinceros hasta el que no tiene problemas detesta a un profesor). Y luego, ¿qué pasa si juntamos a los dos tipos de docentes? En el conocimiento de los estudiantes no están los problemas que hay en el salón al lado del laboratorio, los docentes no lo muestran, no quieren que nosotros nos enteremos, ‘que no nos afecte’ pero nos afecta más que estas actitudes, cuando son vistas en nosotros no sean orientadas de forma adecuada.
A lo anterior, se le agrega también, que los docentes cuidan mucho de los alumnos, y esto, genera el efecto contrario, que es el deseo de llevar la contraria y ser más rebeldes. Además de que si bien es cierto que nunca sobra un consejo, en ocasiones se instruye mucho y esto les evita la fatiga de pensar a los estudiantes; entonces cuando se encuentran en una situación para aplicar dicho consejo no lo hacen, porque no lo pensaron, se los dijeron. Esta es la causa de la rebeldía desde una perspectiva estudiantil.
"existe el temor de que se esté fortaleciendo
una sociedad que no tendrá razonamiento
y coraje suficiente para manejar su vida."
Entonces, ¿qué remedio hay? El remedio es concentrarnos en los docentes que no son perjudiciales. En Atahualpa son pocos los docentes infantilizados, tengo la convicción de que estamos siendo bien orientados por la mayoría, pero existe el temor de que se esté fortaleciendo una sociedad que no tendrá razonamiento y coraje suficiente para manejar su vida. Esta es la infantilización de la sociedad, aquella que viene de un salón de clases.
